A veces la vida es hermosa

El País
Ana Iris Simón

...La presencia y las palabras de Llorenç me impactaron tanto que lo primero que hice al llegar a casa fue meter su nombre en Google. Descubrí entonces que había escrito sobre patrística y sobre Manuel Sacristán, que le interesaba la física y que antes de teología estudió economía. Y me sentí como los alumnos que habían abierto unos ojos como platos al oír hablar de Pasolini —al que por cierto también referenció Llorenç esa tarde—: abrumada porque la realidad no encajara en los estrechos cajones en los que me empeñaba en constreñirla...
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