Bombardeos en Jarkov (Foto Ansa)

Llamamiento por la paz. «Es el deber de la política»

Un encuentro de asociaciones de laicos en Trieste para preparar la Semana Social de los católicos. CL se suma al manifiesto dirigido a los gobiernos y candidatos europeos

Estos días nos hemos reunido en Trieste para reflexionar sobre el tema de la próxima Semana Social, titulada “En el corazón de la democracia”, y hemos querido compartir la urgencia de hacer juntos un llamamiento por la paz a los líderes de los gobiernos, a los representantes de las instituciones y especialmente a los que se presentan para guiar la Unión Europea. Deseamos un compromiso compartido por una paz fundada en el reconocimiento de la dignidad infinita e inalienable de la persona.

Apenas unos días antes, el papa Francisco había reiterado de forma inequívoca: «No olvidemos las guerras. Recemos por la paz. La guerra es siempre una derrota, siempre».
La guerra nunca es la solución al conflicto ni a las tenciones entre los pueblos y las naciones, siempre es causa de muerte y sufrimiento para todos y especialmente para los más vulnerables, que siempre son los que pagan el precio más alto.
La guerra es una derrota del derecho, de la comunidad internacional y de toda la humanidad. Los conflictos hacen estragos a nuestras puertas, en Ucrania, en Tierra Santa y en tantos otros lugares del mundo, con armas cada vez más potentes y con efectos devastadores para las personas y para el medio ambiente. En esta hora tan terrible para el mundo, nos sentimos llamados a una profunda conversión para dar un juicio común y claro: la paz es el deber de la política. Un deber obstinado y creativo.

La Unión Europea, ideada sobre los escombros de una guerra, construida sobre la utopía de la paz, tiene un papel decisivo. Todos nos sentimos responsables de la herencia de los políticos europeos, creyentes o no, que antepusieron la vida y las razones que unen antes que lo que divide, como recordaba también recientemente el presidente de la república italiana, Sergio Mattarella: «El mundo necesita paz, estabilidad, progreso, y la Unión Europea está llamada a dar respuestas concretas a las aspiraciones de esos pueblos que miran al proyecto más imponente de cooperación concebido sobre los escombros de la segunda guerra mundial».

Por eso queremos hacer un llamamiento a las fuerzas políticas y a los que se presentan a las próximas elecciones europeas para que asuman explícitamente la responsabilidad de ser interlocutores por la paz, proponiendo sin reservas la vía diplomática y la de la verdadera política. No podemos resignarnos al hecho de que la retórica belicista y la no-cultura del enfrentamiento invada nuestras vidas, desde las relaciones personales a las sociales y políticas. Nos seguiremos comprometiendo en el ámbito educativo y formativo, en la solidaridad concreta con los más débiles y con las víctimas de las injusticias, en el diálogo por el bien común y con los hombres y mujeres de buena voluntad.
Hoy más que nunca, la política es «la forma más alta de caridad» si persigue la paz.

Trieste, 4 de mayo de 2024