Monseñor Paolo Pezzi.

Los católicos de Moscú esperan con alegría el encuentro entre Francisco y Kiril

Zenit
Luca Marcolivio

La comunidad católica de Moscú y su arzobispo miran con gran atención y esperanza el desarrollo de los acontecimientos ecuménicos que se están realizando bajo el Pontificado del Papa Francisco.
Monseñor Paolo Pezzi, de 53 años, llegó al frente de la principal diócesis rusa en septiembre de 2007, después de una larga experiencia misionera. Miembro de la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos Borromeo, fundada por un grupo de hijos espirituales de don Luigi Giussani, monseñor Pezzi está realizando una tesis de doctorado en la Universidad Pontifica Lateranense sobre los católicos en Siberia.
Todo su esfuerzo pastoral – igual que el de un grupo considerable de laicos y sacerdotes formados en el ámbito de Comunión y Liberación – va orientado hacia la Europa eslava y post-comunista.
En una entrevista con Zenit sobre los cambios que se están produciendo en esta zona del Viejo Continente, el prelado expresa su confianza en un avance luminoso del diálogo entre católicos y ortodoxos, subrayando también la necesidad de no caer en nlecturas instrumentalistas o ideológicas de estos acontecimientos.

Benedicto XVI dio importantes pasos hacia adelante en el acercamiento a las iglesias ortodoxas, particularmente la rusa. ¿Qué cambia en el ámbito ecuménico con el Pontificado de Francisco?
Creo que el Pontificado de Francisco continúa tras las huellas del camino realizado por Benedicto XVI. En particular, veo que la Iglesia ortodoxa rusa sigue atentamente las indicaciones del Papa Francisco, sobre todo en el ámbito de la atención al pueblo de Dios en toda su amplitud, centrándose en el anuncio y el encuentro con Cristo, y en el cuidado pastoral de los más pobres.

En su opinión, ¿es probable que el Santo Padre se reúna con el patriarca Kiril? ¿Qué supondría un hecho así?
En ambas partes se dan no sólo indicios de oportunidad para tal encuentro, sino también el deseo y las expectativas de que se realice. No podemos hacer otra cosa más que esperar un futuro encuentro que daría una mayor intensidad al humilde pero firme anuncio de Cristo como testimonio para el mundo.

Mientras tanto, el Papa Francisco se ha reunido con el presidente ruso Putin. Sobre la posibilidad de una deseable reconciliación religiosa, ¿será posible alcanzar una alianza política entre Rusia y la Unión Europea? ¿Un acuerdo de este tipo podría salvar a Europa de la decadencia moral total?
No soy político, pero creo que hay que diferenciar entre ámbito político y religioso. Hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Tal vez se entendería mejor lo que es de Dios, y creo que eso sería una contribución positiva para todos.

Se habla mucho – a veces incluso sin demasiado conocimiento – de la conversión de Rusia como un cumplimiento de la profecía de Fátima. En relación a Rusia, ¿qué es lo que dijo realmente María en aquellas apariciones? ¿Cómo se interpreta esa profecía?
La conversión es a Cristo, no a una forma o a una idea. Hoy esa conversión nos afecta a todos.

Después del resultado del referéndum constitucional sobre la familia en Croacia, es evidente que los países de la Europa ex comunista (además de Rusia, pensemos también en Hungría, Polonia, Lituania) se están situando como baluarte en defensa de la cristiandad, al contrario de lo que sucede en la decadente Europa occidental. ¿La persecución comunista fortaleció el temperamento cristiano de estos pueblos?
Si tenemos en cuenta lo que decía Tertuliano, «la sangre de los mártires» da más vigor al testimonio. Hoy necesitamos el testimonio de Cristo, de que Cristo responde al corazón del hombre, a sus exigencias más profundas desde dentro del tejido social de los pueblos.