Adriana Mascagni en el Meeting de 2001 (Foto Archivo Meeting Rimini)

Meeting. “El coro canta a Adriana”

Una velada dedicada a Adriana Mascagni a los pocos meses después de su desaparición. Para mostrar «un encuentro que ha marcado nuestra vida»
Stefano Filippi

En 2001 el Meeting tomó un verso de la celebérrima canción Povera voce, que escribió con Maretta Campi, como lema de su 21ª edición: «Toda la vida pide la eternidad». En aquella ocasión, en un diálogo ante el público de Rímini con el poeta Davide Rondoni, Adriana Mascagni explicó lo que era para ella el canto: «Es la voz del Misterio. Es el Misterio en persona quien canta. El canto ya existe. Lo que a nosotros nos toca es secundar el encanto que suscita y depende de la capacidad de escuchar ese canto y contárselo a todos, interpretarlo; cantar es escuchar. Encontrarse con el Misterio, encontrarse con el Otro, cada encuentro con cada otro que es signo de ese Otro es canto. Eso es lo que me fascina del canto».

Adriana, fallecida el pasado 22 de diciembre, fue cantautora. Durante 25 años dirigió el coro de los bachilleres de Milán. Antes de aquel 2001 ya había sido protagonista en otras ediciones del Meeting. En 1982, en año que vino el papa Juan Pablo II, presentó un recital titulado “Canto a María” y tres años después volvió con el concierto “Ecce Homo”. Este año el Meeting la recordará con un espectáculo especial, un concierto titulado “El coro canta a Adriana”. Ella no consideraba “suyas” las canciones que componía, sino de todos porque cantar juntos con un porqué es el punto culminante de la amistad. Por tanto, la noche del próximo 22 de agosto el recinto ferial de Rímini no albergará un concierto “en memoria” sino que a través de las canciones de Mascagni ofrecerá una ocasión de encuentro.

En esta velada no solo se recordarán sus piezas más importantes, que acompañaron desde sus inicios la historia del movimiento y que se han convertido en patrimonio común, como Povera voce, Al mattino, Il mio volto, sino también sus últimas canciones, menos conocidas, así como los cantos polifónicos que le encantaba enseñar. Al escenario del auditorio saldrán 80 coristas de varias generaciones (entre 15 y 60 años) que se han criado en el “coro de Adriana”, hoy dirigidos por Francesco Mauro. Estos cantos se intercalarán con la lectura de textos breves y la proyección de imágenes de su historia, signo de esa “amistad inagotable” que da título a esta edición.

«El día del funeral de Adriana –escribió Francesco Mauro en la carta que envió al coro– tuvimos la ocasión de ver lo que la presencia de Cristo ha generado y genera en nuestra historia: una amistad que te acompaña hasta la muerte, de forma carnal y real. Para algunos de nosotros, esta amistad ha pasado justamente por cantar juntos, ha crecido y se ha desarrollado a partir del servicio al movimiento que supone el canto. Esos días se hizo evidente que la contribución de Adriana a nuestra experiencia no se puede circunscribir a las canciones preciosas que escribió o que nos enseñó, sino que va mucho más allá. Su forma de sentir los cantos y de dirigir, la coincidencia total entre su persona y lo que cantaba, la pregunta que brotaba de su corazón en el sufrimiento o en la alegría, la alegría del encuentro: esas son las cosas que nos cautivaron y que nos han ayudado a descubrir el carisma de don Giussani. En este sentido, el encuentro con Adriana ha marcado nuestra vida».

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Además, el Meeting presentará otras dos novedades: un libro y un CD sobre Adriana. El libro (Amiga del Misterio, editorial Itaca) es obra de sus hijos, Giovanni y Giuditta Zola, y recoge numerosos testimonios (entre ellos los de Peppino Zola, monseñor Massimo Camisasca, Davide Prosperi), los textos –algunos inéditos– de presentación de sus cantos y las partituras de todas las piezas que compuso. El disco se titula Adriana Mascagni – Sus canciones.