¡Vivo quiere decir presente!

Página Uno

Jornada de apertura de curso de los adultos y los estudiantes universitarios de Comunión y Liberación. Mediolanum Forum, Assago (Milán), 29 de septiembre de 2018

Julián Carrón
Volver a empezar no es algo que haya que dar por descontado, sino que es una gracia, un signo inequívoco de la premura de Dios hacia cada uno de nosotros. ¡Qué impresión, qué gratitud darse cuenta de que no estamos abandonados a nuestra nada! Esta gracia ha sido acogida por cada uno de nosotros por el hecho mismo de estar aquí ahora. Pidamos al Espíritu –que es el punto del que surge este gesto– que nos abra, que abra nuestro yo para acoger esta gracia, y pidámosle que esta gracia no sea vana en nosotros.

Desciende, Santo Espíritu

Doy la bienvenida a todos los presentes y a todos los que están conectados por vídeo.
Este año se celebra el 50 aniversario del 68 que fue, como todos sabemos, un momento de paso (Benedicto XVI lo definió como una «ruptura» en nuestra historia reciente) que, aunque partía de exigencias justas –de mayor autenticidad y libertad– acabó poniendo en crisis toda nuestra sociedad.
Hoy nos hallamos ante otro momento de paso imponente, que el papa Francisco indica como un «cambio de época», caracterizado por lo que hemos llamado «caída de las evidencias» (cuántas veces nos lo hemos repetido en estos años, y con una conciencia cada vez mayor): lo que hasta hace unas décadas parecía obvio en cuanto a los fundamentos de la vida personal y social, ya no es evidente para la mayoría de nuestros contemporáneos.
La consecuencia más inmediata es una gran confusión, que todos advertimos, como testimonia uno de los más importantes sociólogos alemanes, Ulrich Beck, en su último libro (publicado de forma póstuma). Dice literalmente: «El mundo está desquiciado. Tal como lo ven muchas personas, esto es cierto en ambos sentidos de la palabra: el mundo está desencajado y se ha vuelto loco. Vagamos confusos y sin rumbo, argumentando razones a favor de esto y en contra de aquello. Pero una afirmación en la que la mayoría de la gente coincide, más allá de cualquier antagonismo, y en todos los continentes, es la siguiente: “Ya no comprendemos el mundo”» (Ulrich Beck, La metamorfosis del mundo, Barcelona, Paidós 2017, p. 13).
Por ello, muchas personas se preguntan: ¿cómo se puede empezar de nuevo? ¿Desde dónde volver a partir?
Por eso me ha impresionado tanto escuchar una intervención de don Giussani durante un encuentro con el núcleo de adultos reunidos en torno al Centro cultural Péguy, que se convertiría después en Comunión y Liberación. Tiene lugar el 1 de noviembre de 1968 en Varigotti. Nos hallamos en el punto culminante de una crisis que ese mismo año había afectado a GS. Giussani interviene en medio del desconcierto general, y se pregunta: ¿desde dónde volver a partir? ¿Qué puede sostener de verdad la vida en un momento de confusión tan grande? ¿Hay algo que pueda resistir el embate del tiempo? Su respuesta está contenida en las palabras que vamos a escuchar…

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