Los alumnos nos sorprenden

La sorpresa de unos alumnos que reconocen la excelencia, sobre todo humana, de un profesor

Se terminaron las clases y respiré aliviado. Este fue un año difícil, con alumnos a los que no podía llegar, no sólo desde el aspecto académico sino también en nuestra relación humana. Siempre intenté priorizar a la persona que a otra cosa y por ello suelo tratar muchos temas de la realidad que nos rodea, pero todo parecía ser indiferente y frecuentemente llegábamos a las situaciones extremas cuando alguien se deja llevar por el relativismo de las cosas, tan utilizado actualmente. Tuve algunas charlas individuales con lo más “duros”. En el momento parecía que nos empezábamos a entender, pero en clase, cuando estaban todos juntos, comenzaba nuevamente la indiferencia, las faltas de atención y las situaciones tensas. Muchas veces llegaba a casa triste, preocupado y desmoralizado. Le pedía al Señor que me diera luz y que no me dejara bajar los brazos. Este año más de la mitad, de ellos, se fue a examen. Dios quiso que la directora me encomendara las palabras de despedida, pensé que era la oportunidad de una charla preparada y sin la posibilidad del retruque. El secretario, en el acto académico, anunció que yo les dirigiría una palabra. En ese instante fue como cuando ingresa un equipo a la cancha y la hinchada lo alienta, ellos coreaban mi nombre. Nuestras miradas fueron distintas durante el resto del acto y al finalizarlo se cercó una alumna, en representación de sus compañeros y me dijo que me habían comprado un presente. Me lo entregó y junto a él venía una tarjeta manuscrita por ellos que dice:

«Sólo los grandes seres pueden tener éxito al finalizar su objetivo y necesitamos cada día personas como usted, que nos transmita y comparta sus conocimientos con entusiasmo y énfasis, para que nosotros podamos insertarnos y enfrentar el mundo moderno, de la mejor manera. “El profesor mediocre dice, el profesor bueno explica, el profesor superior demuestra, el profesor excelente inspira”. Gracias por inspirarnos a ser mejores personas y a superarnos día a día.
Alumnos de 3º año EEMNº 1
Firmas
P.D. Es un gran profesor y gran Persona».

En ese momento comprendí que nunca estuve solo. Después de esto me queda muy en claro que “eres Tú quien me haces”.

Arturo Bocardo, Mar del Plata