Sucede aquí, en este «valle de lágrimas»

La historia de Claudelina, enferma de cancer, y Alcide que piden recibir el Bautismo, la Primera comunión y el matrimonio y nos enseñan que la virginidad es una posesión con una distancia dentro

Mientras todos los días vivo en este valle de lágrimas, también suceden hechos extraordinarios. Como pasó el domingo 6 de diciembre, cuando Claudelina, una bellísima mujer gravemente enferma de cáncer y madre de cinco hijos, el último de año y medio, celebró el sacramento de su matrimonio con Alcide, padre de sus hijos.

Fue un acontecimiento que nos conmovió a todos, también porque ambos pidieron recibir el Bautismo y la Primera Comunión. Una vez más vuelto a ver en este hecho un milagro del Santísimo Sacramento, que tres veces al día visita a todos los enfermos. Precisamente fue durante una de las tres procesiones diarias cuando Claudelina, ante la custodia, me dijo: «Padre, mi compañero y yo queremos recibir el Bautismo, la Primera Comunión y celebrar nuestro matrimonio».

El domingo sus deseos se hicieron realidad. Con la colaboración de muchos pacientes, organizamos una pequeña fiesta. Cuando llegó la hora de cerrar la clínica, asistí a un hecho que nunca antes había visto: Claudelina, con su vestido de novia, acompañó a su marido hasta la puerta de su habitación. No iban a tener viaje de novios ni noche de bodas. Yo les miraba en silencio, con el corazón en un puño. Luego me quedé un momento a solas con ella y su rostro estaba triste. No me atrevía a decirle: «Venga, te acompaño a tu habitación». Ese era su "viaje de novios"... pero con mi compañía.

Nunca olvidaré el momento en que ella se quedó sola en la clínica y su marido volvió a casa con sus hijos. Una vez más se me hizo evidente lo que decía don Giussani: «La virginidad es una posesión con una distancia dentro». También el matrimonio es esto. Claudelina y Alcide nos lo han testimoniado.

Padre Aldo, Asunción (Paraguay)