El Patriarca de Antioquía, Ignace Youssef III Younan.

«Las comunidades cristianas están en peligro de extinción»

La presentación de #StandTogether en la embajada española en la Santa Sede, con el patriarca siro-católico Ignace Youssef III Younan: «Necesitamos que intervenga la gran familia de naciones» (Acistampa)
Angela Ambrogetti

La presentación de #StandTogether en la embajada española en la Santa Sede, con el patriarca siro-católico Ignace Youssef III Younan: «Necesitamos que intervenga la gran familia de naciones»

Siempre es una hermosa experiencia hablar con Su Beatitud Ignace Youssef III Younan, Patriarca siro-católico de Antioquía. Su sonrisa y amabilidad no esconden su pensamiento, lúcido y decidido respecto a la gravísima situación de los cristianos en Oriente Medio, sobre todo en Iraq y Siria. Cristianos que huyen de la persecución de los fundamentalistas y de la guerra. Cristianos, católicos, que ni siquiera consiguen encontrar una nueva casa en el Líbano, porque en este país no hay una ley para los refugiados.
El pasado jueves 23 de febrero, en la Embajada de España en la Santa Sede, con motivo de la campaña #StandTogether, el Patriarca se paró un momento para charlar con los periodistas.

La primera cuestión es qué hacer para que los cristianos no tengan que huir de su tierra. Hay que crear un ambiente acogedor y pacífico para que puedan volver. Han huido porque han sido amenazados, perseguidos, y ya no tienen nada. El problema esencial para Occidente ahora es evitar el oportunismo. Cada país intenta negociar su tratado comercial, y hay que evitarlo, como también hay que evitar el paternalismo.

La región sufre muchas "dolencias", ¿pero es más un problema político internacional o los propios pueblos, los cristianos, podrían hacerse cargo de su propio destino? En Oriente Medio eso es prácticamente imposible. Basta pensar en la guerra del Líbano. Los cristianos eran un número similar a los musulmanes, sin embargo fue una catástrofe para todos pero especialmente para los cristianos porque no podían encontrar una solución. En los demás países es imposible porque los cristianos son pequeñas minorías. Como por ejemplo en Egipto. Los coptos son solo 10 millones de 80, y para ellos es dificilísimo conseguir un diputado. Las elecciones se dirigen desde las mezquitas. Así que solo podemos intentar vivir en paz, pero necesitamos la intervención de la familia de naciones para decir a ciertos pueblos: vivís en el siglo XXI, no en el VII. Hace falta una política única para afrontar esta cuestión.

¿Cómo es la relación con las comunidades islámicas? Las relaciones son buenas a nivel formal, político y diplomático. De hecho, nos encontramos. Ahora tenemos el congreso de Al-Azhar, donde habrá un representante de la iglesia siro-católica, pero lo importante es saber que vivimos oprimidos por el fundamentalismo del islam radical que recibe fondos y ayuda financiera. ¿Qué hacer entonces? Esperamos que Europa despierte y encuentre una solución adecuada.

¿Por qué es tan importante el encuentro en Al-Azhar? Lo hemos hecho otras veces, es una forma de mostrar al mundo que hay apertura. En la universidad se dan lecciones que usan los versículos como son. Algunos son tolerantes, otros lo son mucho menos. Y eso también se ve en el adoctrinamiento que han sufrido por ejemplo los asesinos del padre Hamel. Es una situación muy difícil. Al-Azhar también tiene que reformarse. Hay musulmanes que están fuera de Oriente Medio y que dicen esto, que hay que cambiar. El encuentro del Papa con el imán de Al-Azhar es un paso diplomático.

¿Qué es lo que más le preocupa?
Cómo convencer a los jóvenes para que regresen a su tierra natal. Esperamos que la paz y la reconciliación vuelvan pronto. El problema es que hay agendas geopolíticas que no entendemos. Y nuestra juventud está perdiendo la esperanza. No se sabe realmente cuándo podrán volver. Tras la liberación de la llanura de Nínive fui hasta allí y vi que habían quemado las iglesias. Solo las iglesias cristianas. La gente no piensa volver sin una presencia gubernamental fuerte y entonces buscan otros sitios a los que ir, sobre todo Australia, Canadá y Suecia.

¿Sería útil una visita del Papa?
Obviamente estaríamos encantados de que el Papa nos visitara, pero queremos hechos que puedan dar garantías a nuestra gente. Hay una diferencia muy grande entre una visita a países como los vuestros y la situación que vivimos nosotros.

¿Qué puede hacer entonces la diplomacia vaticana? Ya está haciendo, pero aún no es suficiente. En el sínodo de 2015 propuse que la Santa Sede organizara un encuentro entre los líderes de las grandes potencias y de Naciones Unidas para decidir una política común. Para decir: todas nuestras comunidades cristianas que tienen su origen en ese lugar del mundo están en peligro de extinción, tenéis que hacer algo más que seguir vuestros propios intereses.