Acto de presentación de la exposición.

Nosotros, Asia Bibi y esta «nueva pasión por la vida»

En Lecco se inauguró una exposición sobre la persecución de los cristianos en el mundo. Una idea nacida entre los pupitres, para contar las historias de hombres que dieron testimonio de su fe. Y para decir a todos «de qué lado estamos»
Linda Stroppa

Todo empezó en clase. Con una provocación del director en una conversación con sus alumnos. Les habló de Asia Bibi, la mujer pakistaní acusada de haber ofendido a Mahoma y condenada a muerte por una ley de blasfemia. Tiene cinco hijos y la acusan de “impura” por no ser islámica. «Mis amigos y yo no conseguimos olvidarnos de ella», dice Massimiliano, estudiante de diecisiete años de cuarto del liceo Leopardi en Lecco. «Estuvimos hablando entre nosotros un rato y luego seguimos discutiendo en clase con los profesores». Así es como han aprendido a leer con más atención los periódicos y se han dado cuenta de que hay muchas personas como Asia Bibi. Perseguidos a causa de su fe. Asesinados porque «el cristianesimo resulta molesto».
«¿Pero por qué debemos interesarnos por ellos? ¿Qué significa ser libres?». Las preguntas de los chicos no son fáciles. Sin embargo, al leer estas historias, «el impacto es muy grande». Y la curiosidad no basta. «Ir hasta el fondo de los argumentos se hace cada vez más urgente». Massimiliano y sus amigos se ponen en marcha: preguntan, estudian, se informan. Y al final nace la idea: una exposición para mostrar a todo el mundo a los mártires cristianos.
Ésta es, en resumen, la historia de lo sucedido en las aulas del Liceo Leopardi de Lecco. Una iniciativa sencilla en la que inmediatamente se implicaron otras muchas escuelas. El 18 de marzo, Massimiliano y sus compañeros se reunieron con el cardenal Angelo Scola, Patriarca de Venecia. «Nos animó a ser testigos, igual que los hombres y mujeres de los que hablamos en nuestra exposición. No por casualidad se titula “Su nombre es su fe. Testigos de la verdad”, porque habla de hombres de Pakistán, de la India, de Birmania, pero nos provoca a nosotros, que vamos a clase todos los días. Cuando empezamos a conocer la situación de los cristianos en estos países, nos preguntamos qué podríamos hacer por ellos, pero ahora hemos entendido que el problema no es hacer algo en concreto, sino aprender a juzgar. Hace falta decir de qué parte estamos».
El europarlamentario Mario Mauro participó en la presentación de la exposición junto al padre Bernardo Cervellera, misionero del PIME y director de Asia News, y Gerolamo Fazzini, director de Mundo y misión. «El tema la libertad religiosa no se puede comprender si no hacemos cuentas con nuestra humanidad», afirmó Mauro. «¿En qué podemos apoyar nuestra esperanza? Delante de Shahbaz Bhatti, asesinado de 25 disparos, nadie podría imaginar que sería posible que naciera una esperanza aún mayor. La que nace de la evidencia de la fe». Por eso, «hay que dar gracias por el martirio». Lo explicó Cervellera: «La fe es la preferencia de Jesús por mí. Por eso, cuando llega al PIME la noticia de un sacerdote asesinado, rezamos juntos por él con las palabras del Magnificat».
¿Y nosotros? ¿Qué podemos aprender de Shahbaz Bhatti, Asia Bibi o Ragheed Gani, corresponsal de Asia News asesinado en Mosul en 2007? «Con la exposición, ha nacido en mí una nueva pasión por mi propia vida», cuenta Massimiliano. «He entendido quién soy y a dónde quiero ir. Nosotros hablamos de hombres y mujeres que no se sentían definidos por la dureza de las circunstancias. Porque tenían clara una cosa: la grandeza de su vocación. Por eso llevaremos nuestra exposición por toda Italia, pero también a Grecia y Kosovo. Queremos mostrar por qué el cristianismo es interesante».