Olivia, y su valor para ir más allá

Una voz delicada y un piano que la acompaña, traducidos al lenguaje del jazz. Estos son los ingredientes de "Fly Now", un álbum del músico Trummer. Quien, para sus canciones, se inspira en las cosas más cotidianas. Pero acaba hablando del cielo
Walter Muto

Alemana, de Stuttgart, treinta años de edad, de familia de músicos. Olivia Trummer se formó como pianista clásica, pero luego voló al otro lado del océano para graduarse en jazz, en la Manhattan School of Music de Nueva York. Desde entonces sus dedos empezaron a volar sobre las teclas del piano, mezclándose dulcemente con su voz, precisa y cristalina.

En una época como esta, donde los talent show sacan a la luz con una popularidad desproporcionada fenómenos y talentos de breve duración, un talento de verdad como el de Olivia es ya un gran valor en sí mismo. El lenguaje que para ella representa las raíces, desde el punto de vista compositivo, es el jazz, pero que esto no asuste a nadie. Su ánimo se lanza sencillamente hacia la realidad, hasta la aparentemente más banal, y de ahí toma su origen para insertar sus letras en bocetos delicados y convincentes al mismo tiempo, para los que es necesaria una escucha atenta.
Conviene verla en acción en este video (https://www.youtube.com/watch?v=l5ixDJw2hpI) donde narra la génesis de su último trabajo, Fly Now. El álbum se publicó hace un año pero si se os escapó, como se me escapó a mí, merece la pena. Es precioso oírla contar que el disco nace de la canción que le da título, Fly Now, donde ella imagina a un hombre que se despierta en la cima de una montaña y que, en vez de volver a casa, se queda fascinado por el cielo y el descubrimiento de lo ignoto. Y sigue diciendo que lo hermoso es tener el coraje de subir, buscar más de lo que se puede ver.

Después de este trabajo, Olivia se ha dedicado a otro proyecto llamado C2J - Classical to Jazz, donde reelabora temas de Bach, Mozart y Scarlatti, transformándolos de tal forma que da luz a nuevas composiciones. Esta chica juega en todos los campos, une mundos lejanos. Pero volvamos a Fly Now. Textos delicados, música de altísima calidad, hermosas melodías, gran capacidad para acompañarse del piano sin mucho más que añadir. El disco, igual que sus actuaciones, suena en la dimensión esencial del trío piano-contrabajo-batería, al que se suma (solo en algunos temas) el guitarrista Kurt Rosenwinkel.

Resumiendo, Fly Now es un disco que saborear para conocer a esta artista, verdaderamente talentosa como pianista y como cantante, aunque la voz es un don que no empezó a utilizar hasta el año 2010. Desde la apertura con Precious Silence, hasta las delicadas atmósferas de las calles de Nueva York en invierno recreadas en Snow Coloured Streets, pasando por Sharing My Heart, y por todas facetas de un trabajo rico e intenso, para llegar a la hermosa Don't Ask Love. «No le pidas al amor algo referido al tiempo, no estés triste por el tiempo que tendrás que pasar solo, lejos de mí; el tiempo pasará y el amor crecerá». Piezas que en otra época se habrían convertido rápidamente en clásicos y que hay que descubrir para dejarse fascinar por ellas. Aún hoy.