La portada del cofre.

Los cuatro fantásticos (del folk)

Comprensión, inquietud, encanto y protesta. Dieron voz a tantos jóvenes y la banda sonora de una época, entre guerras no deseadas y ansias de libertad. Cuarenta años después de la gira que los reunió, los éxitos de Crosby, Stills, Nash and Young
Walter Muto

Corría el año 1974 y cuatro artistas bastante conocidos, sobre todo en Estados Unidos, hicieron una gira de dos meses: 31 conciertos en 24 ciudades, reuniendo a un público de casi un millón de personas en total. David Crosby ya había obtenido varios éxitos con los Byrds, adalides de la psicodelia californiana, mientras que el inglés Graham Nash había hecho otro tanto en su patria con los Hollies, una de las múltiples bandas hijas de los Beatles. Stephen Stills y Neil Young, en cambio, se habían dedicado al revival folk eléctrico con los Buffalo Springfield. A decir verdad, Crosby, Stills y Nash ya se habían estrenado en el disco homónimo de su encuentro, Crosby Stills & Nash, conocido también como el disco del sofá, por la foto de portada, que les retrataba fuera de una casa de madera. Neil Young decidió abandonar por unos meses su prometedora carrera como solista y unirse a la gira de este super grupo.

Crosby, Stills, Nash y Young son universalmente reconocidos como los artífices de una revolución –no solo musical– que dio a conocer el folk al gran público. Solo por citar a algunos, junto a Paul Simon, Bob Dylan, Joni Mitchell y Joan Baez dieron voz a un pueblo de jóvenes que, llenos de confusión entre guerras que no querían y un deseo de libertad a toda costa, estaban en busca de la banda sonora de sus vidas. Y la encontraron, con canciones todavía hoy insuperables por su frescura y profundidad. Por otra parte, lo que hubo entre ellos –especialmente entre Crosby y Nash– fue a veces una verdadera amistad, que les llevó en periodos de dificultad personal y económica a apoyarse unos a otros, creando un territorio común para una unión que, con sus altibajos, se mantiene desde hace casi cincuenta años.

Han pasado cuarenta años y en julio de 2014 –prácticamente el mismo día que comenzó el tour del 74– se editó un cofre de lujo con cuarenta temas que aparecen en versiones inéditas. Es cierto que muchas canciones ya las hemos oído en Four way street, un disco doble en vivo que se editó al final del tour, pero el contenido de este box hace la boca agua. Y es que incluye las cuarenta canciones, un libreto de 188 páginas con fotos a todo color de aquella tournée, muchas de las cuales nunca se habían publicado, y un DVD con la grabación de algunos conciertos, imágenes nunca vistas. El himno al entendimiento entre padres e hijos de Teach your children, la inquietud post-nuclear de Wooden Ships, el encanto de Guinnevere o el rock duro de Almost cut my hair emergen como piedras preciosas y suenan insuperables cuatro décadas después. Algunos temas se convirtieron en su época en auténticos himnos de protesta social, como Ohio, de Neil Young, tal vez el primer caso de instant song. Escrita el mismo día que se produjo una violenta represión policial que causó cuatro muertos entre jóvenes manifestantes, grabada en un estudio móvil y publicada como single a los pocos días –para los medios de la época fue una operación al límite de los imposible–, supuso un eficaz medio de denuncia social en tiempo real.

Por tanto, y en general, estamos ante una obra de gran relieve, una ocasión para los fans de volver a sumergirse en una época mágica, y al mismo tiempo puede servir a los más jóvenes para descubrir a auténticas vacas sagradas, en las que se inspira gran parte del folk revival actual a uno y otro lado del océano.

Crosby, Stills, Nash & Young
CSNY 1974
Rhino Records, 2014