Lágrimas de sal

El testimonio de uno de los médicos, Pietro Bartolo que, en la isla de Lampedusa, asiste diariamente a la ingente cantidad de africanos que cruzan el Mediterráneo
Jesús de Alba

Empezando por el final, «este libro quiere ser simplemente un testimonio, puesto en negro sobre blanco sin filtros ni edulcorantes. No ha sido fácil».
Solo así se puede entender el profundo agradecimiento que surge ante alguien tan valiente como para afrontar y vivir en medio de una de las grandes fallas de la humanidad, donde choca y cruje nuestro hermoso mundo emergiendo como un géiser, de modo violento y a bocajarro, una de las grandes contradicciones de nuestra civilización
No mirar estas fallas, con mil excusas o pretextos ideológicos, es no querer entender dónde estamos, en qué momento, qué retos debemos afrontar, en qué sueños de cantos de sirenas vivimos tantas veces, sueños que se desenvuelven en tantos momentos de nuestro día a día.

Se trata, nada menos, del testimonio de uno de los médicos, Pietro Bartolo, que asiste diariamente desde Lampedusa, su isla natal, a la ingente cantidad de africanos que cruzan el Mediterráneo en paupérrimas barcazas proporcionadas por las mafias de traficantes de seres humanos. Miles y miles han pasado por sus manos.
De todas estas miles de historias, ha tenido la sencillez, junto con la periodista Lidia Tilotta, de recoger no más de una veintena de ellas en un pequeño libro de escasas 160 páginas. Increíble. Desde la página uno. Imposible no quedar impresionado.

¿Qué hay detrás del libro? A mi parecer, el poder de lo concreto, del rostro del hombre, de la persona que, aun sufriendo dentro de una enorme marea humana de miles de personas, sigue sufriendo lo mismo que si fuera una sola persona. Ese es el poder de este libro: dar una mirada humana sobre un problema que, además de parecer irresoluble a nuestros ojos (¿abrimos fronteras, las cerramos?, ¿quién lo sabe?), nos hemos acostumbrado demasiado a verlo por su vertiente macro, ideológica, como el que habla del problema del ganado, de la macroeconomía, de las políticas europeas...

Cierto es que no hay solución al problema inmigratorio desde lo macro, desde el mero mundo de las ideas, demasiado reducidas para la grandeza de lo humano.
Por eso este libro me parece un gran paso hacia la búsqueda de soluciones verdaderas, profundas, no simples ni reductivas. Me parece que solo desde lo concreto, solo desde la experiencia, es posible entender este complejo fenómeno, sus causas y cómo afrontarlo.
Sin ninguna duda, primero de todo y antes de sentarse ni siquiera a pensar, con una mirada de profunda humanidad.
Y ante todo este es el valor del libro: lo humano, ¿se salvará? ¿Quién y cómo?

Preguntas que me parece cada generación debe responder ante la realidad concreta que le ha tocado vivir. Y cuando responde a la altura de lo humano, entonces hablamos de ese periodo como de civilización. Cuando mira para otro lado, evitando la realidad del problema, hablamos del ocaso de la civilización.
Es posible que frente a este inmenso drama nos estemos jugando nada más y nada menos que esto.
El Papa, también lo apunta el libro, ha dado su veredicto y su respuesta, también en lo concreto como este médico. Gracias a ambos por señalarnos el camino, el camino de lo humano.
Pietro Bartolo y Lidia Tilotta
Lágrimas de Sal
Editorial Debate, Barcelona 2017